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A mí no me mires:

Amo mi cabeza.

(Declaración de Amor v.1,5 beta)

cabza

Amo mi cabeza. Ella lo es todo para mí.
Gracias a mi cabeza, mi cerebro, mi mente o lo que sea eso,
puedo hacer mucho más de lo que pueden hacer mis manos, mi labios, mi cuerpo o mi sexo,
porque lo puedo imaginar
y eso es más fuerte, más intenso, más adictivo
que la que la otra realidad que captan mis sentidos.
Es la fábula de aquel que soñaba tan bonito,
que tomaba somníferos,
para seguir soñando sin los quebrantos del duro despertar.
Gracias a mi cabeza, sueño y no muero cada vez que me duermo.
Nada es importante, si mi cabeza no lo valora.
Y mi cabeza me dice siempre que nada vale la pena,
porque aunque lo alcances todo,
terminas hecho cenizas como aquel que no ha tenido donde caerse muerto.
Y mi cabeza me sigue diciendo que tanto da ser la más fuerte,
la más guapa, la más influyente, si al final todo se acaba.
Y es mi cabeza, mi bonita cabeza, la me preparara para ese momento
en que diga adiós a todo esto.
Porque mi cabeza sueña, imagina, olvida, anima, consuela.
Si tuviéramos el cerebro artificial y el temperamento lógico de una computadora hace tiempo que nos hubiéramos suicidado.
Mi cabeza me ayudará a ser feliz, y a enamorarme y soñar con la utopía,
incluso cuando mi cuerpo se haya hundido ante las arrugas del tiempo
y sea un presente de ruina y un mañana de cenizas.
Amo mi cabeza.
Gracias a mi cabeza, me amaron tanto.
Gracias a mi cabeza amé yo más.
Y gracias a ella, también, me he enamorado de ti.
Aunque no te haya visto, aunque físicamente no te conozca.
Pero sé cómo escribes, cómo sientes, cómo piensas
y por todo ello, mi cabeza se ha enamorado de la tuya.
Gracias a mi cabeza, mi cabecita loca, pude escribirte
este soneto irremediable para un amor imposible,
o este soneto imposible para un amor irremediable:

Mi vida es un colgante que llevas en tu cuello
muy cerca de tu pecho, donde nace el cariño,
cuando llega la noche con su negro destello,
en tu piel me acurruco, como si fuera un niño.

Mi vida solo vale para estar a tu lado,
el resto es poca cosa, minucias sin sentido.
Tengo lo que me quieres, y soy afortunado
porque tú eres el oro en el que yo he creído.

Si me dicen que mire con realismo la vida
yo digo que la vida para mí es otra cosa
acariciar tu espalda, besarte en espiral

No quiero estar entero, me gusto con la herida
que me causa la pena, la pena tan hermosa,
de un donde diferente y un cuando desigual.

Y aunque tú, querida, con tanto exceso de miedo como de sentido común,
hayas abandonado el campo, en busca de baños más pragmáticos,
aunque no quieras dar señales de vida,
si mi cabeza quiere, no te has ido.
Sigues aquí,
muy cerca de mí,
muy en mi hombro,
dándome besos infinitos en espiral...
Gracias a mi cabeza.

3 comentarios

? -

Más de cien palabras, más de cien motivos
para no cortarse de un tajo las venas,
más de cien pupilas donde vernos vivos,
más de cien mentiras que valen la pena.

Besos en espiral des de tu hombro izquierdo.

patri -

tu cabeza es tu gran arma, sin duda

DaW -

Uf, menos mal, creía que era un anunció de champú...