Cuerpo.
Este cuerpo mío, deseado, acariciado, sugerente, es a la vez hosco, efímero y putrefacto. Este cuerpo, que excita la pasión y anima a mil locuras, es también una necia desesperación y, como no, un muestrario inacabable de todas las debilidades. Amo y odio a mi cuerpo a partes iguales, a veces sucesivamente, a veces simultáneamente. He llegado a estornudar, presa de mil alergias, en el justo momento del orgasmo, y he llorado de rabia al ser incapaz de reír en el momento más feliz, a causa de una jaqueca interminable. Cuando mi vagina exigía más placer, era cuando necesitaba una buena dosis de antibióticos. Maldito y querido cuerpo, sede de nuestro afán y de nuestra desidia, motor inagotable de nuestra irreflexiva obstinación por conquistar el mundo y a la vez rincón de malvadas mezquindades, estériles como la tierra más yerma. Agujero informe, escala celeste, paraíso e infierno, el cuerpo, nuestro cuerpo, mi cuerpo, va decayendo inexorablemente, como un imperio romano hecho carne, con la pertinaz conciencia de ser la cesarina que asistirá a su definitivo derrumbamiento. Y es la decrepitud de este cuerpo caduco, lo que más me desespera, porque quisiera alcanzar el infinito y devorarlo, pero no alcanzo a llegar a tanto, y tengo que quedarme a solas con él, precisamente a solas, porque, mire por donde mire y rece al dios que rece, resulta que solo tengo eso. Mi puñetero, achacoso y corruptible cuerpo.
5 comentarios
gaby -
escribeme pronto
Gabriela
zuleidy -
angbu -
Xenayd -
Pensare en eso al momento de ir a la cama.
Cuidate
Xenayd -
Cuidese,señorita ;)