Ne me quitte pas.
Podría escribirte una o mil nuevas cartas volcánicas, encarnarme en nuevos personajes inventados o por inventar, hacerme grande o pequeña, gigante o enana, hombre o mujer, o gata, o elfo o semidiós, o simplemente sombra, tu sombra, para seguirte allí donde estés, para no separarme nunca de ti, solo cuando cierras los ojos y me fundo en tu imaginación. Podría hacerte reir o llorar, pensar o evadirte, enfriarte o calentarte, convertirme en fuego o en razón, en caricia o en argumento, nombrarme tu payaso o tu filósofo de guardia, el confidente de tus fantasías o la única persona en el mundo que ha sido capaz de ofrecerte, y a la vez ofrecerme, un orgasmo desde la lejanía. Porque sucede que te echo de menos hasta un punto que me duele la piel, el mundo, los ojos, el corazón, tengo secos los labios de tanto besarte en vano, y te necesito con la furia de una leona herida, porque has desaparecido de mi vida y tu silencio se me ha convertido en la oscura antesala de la muerte. Podría inventarme las palabras que aún no has leído de mí, pero en todos estos eternos días sin tí, tan sólo suena en mi vida aquella desgarradora canción de Jacques Brel. Ne me quitte pas Ne me quitte pas Ne me quitte pas Ne me quitte pas |
2 comentarios
Laura -
Y a la vez, qué triste y qué desconsolada...
D -