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A mí no me mires:

Alegoría del pez descerebrado.

descerebrado

Como me lo contaron, os lo cuento:
Resulta que el científico alemán Erich von Holst (1908- 1962) extirpó a un pez llamado gobio (phoxinus laevis) la porción anterior del cerebro donde se localizan las reacciones de adhesión al cardumen, es decir, lo que le lleva a nadar agrupado con los demás. El gobio descerebrado veía, comía y nadaba como sus congéneres normales; lo único que lo distinguía de éstos es que le daba perfectamente lo mismo apartarse del grupo. Le faltaba la vacilación y la preocupación del pez normal, que aunque desee avanzar en una dirección determinada, en cuanto ejecuta los primeros movimientos se vuelve hacia sus compañeros y se deja influir por el número de los que lo siguen o de los que no lo siguen. Al pez descerebrado de Von Holst, no le preocupaban los demás, iba a su bola, y, si veía alimento o cualquier cosa atractiva, nadaba con decisión hacia el objetivo. ¿Qué sucedió entonces? Que el resto de los peces, al verlo con tanta resolución, seguían al pez sin cerebro, como si fuera el líder que andaban buscando.
El hecho de ser un pez descerebrado le había convertido en jefe.
Ahora me explico yo muchas cosas de la oficina.
Y también el éxito que tiene más de un político. Y más de dos. Y más de tres.
(No me hagan señalar con el dedo, que eso está muy feo)

1 comentario

DaW -

Buen post, pero ¿por qué has quitado los links?