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A mí no me mires:

Consolacion y/o consuelo.

consuelo

         El castellano es muy suyo. Dicen los que no lo dominan que es muy difícil de aprender. Como soy monolingüe, (lo promiscuo lo dejo para otros placeres más gratificantes) no acabo de captarlo, a no ser, claro, en noches así.  Las noches de domingo están hechas para la reflexión o para el llanto, para la nostalgia o para cazar musarañas al vuelo, para evocar los mejores momentos de mi vida, o para llorar las veces que he tropezado en la misma piedra,   para brindar por la amnesia total con un bloody mary bien cargado, o para acordarme de ti. Borro esta obviedad, de ti me acuerdo a cada instante de cada día.
         Y también están hechas para el consuelo.
         O para la consolación.
         No es lo mismo, el puñetero castellano es el idioma del matiz. Consolación es una cosa, por ejemplo masturbarte recordando aquella escolar gordita con una minifalda imposible que pasó por tu lado con todo el descaro del mundo en un boulevard parisino y que tú, la más rapida al otro lado del río Pecos, captaste con tu móvil.
         Y consuelo es otra. Consuelo es esa sensación acogedora de meterme en la cama desnuda y cubrirme con el edredón pensando en ti, y notar al cabo de un segundo que tengo un edredón volador, y soy una bruja encantadora que atraviesa el océano para acurrucarme en el lado vacío de tu cama.
         Benditas las noches de domingo, cuando tienes consuelo. Bueno, corrijo, cuando tienes consolación. Vuelvo a corregir. Cuando tienes las dos cosas.

1 comentario

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Para que cruzar un oceano,si estamos a un solo paso?.Segun lo que pudo Ud averiguar sobre el castellano,le dire que es un gran consuelo.