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A mí no me mires:

Ligera de equipaje.

maleta

         No me van las propiedades, sino las posesiones. Utilizo las cosas, pero no me apropio de ellas. Me encanta tener el corazón ligero de equipaje y desde mis años de bohemia, seguí fielmente un sabio consejo: Que toda tu vida te quepa en una maleta. Era una maleta de estudiante, bastante chunga, la pobre, y con  ella me mudaba de sitio, aquí y allá, viajaba de un lado a otro, con la curiosidad en bandolera. Dentro llevaba lo imprescindible, cuatro libros, unos discos firmados por gente que me hizo tilín, una especie de diario escrito a mano en el que resumía mis amores y mis días y la ropa justa para dar el cante.
       Los cuatro libros siguen siendo cuatro, pero distintos, porque tengo la sana costumbre de regalarlos cuando los leo, los discos firmados estarán en algún desván, porque ya nadie usa vinilos, y el diario lo perdí, maldita sea, el día que me robaron el bolso de un tirón. Ahora el diario no lo escribo en una libreta, sino en este blog, la música la saco de Internet, solamente me queda la ropa justa para dar el cante. Y la maleta mezquina. Está claro, me sobra la maleta.
        Porque, bien mirado, ¿para qué viajar y cruzar el océano, si tengo el mundo entero, con todos sus encuentros y todos sus placeres, con todos sus deseos y todas sus pasiones, justamente aquí, dentro de mi cabecita loca, que es mi mejor maleta?

 

 

1 comentario

D -

Tu provocas que me calle y solo responda a tus palabras con caricias y besos inigualables. La distancia es asi,quizas el amor se siente mas estando tan lejos.
Yo no tengo maleta,solo cargo con lo mas importante en mi corazon y mi cabecita.
Cuidate,besos mil