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A mí no me mires:

Rutinas y sueños.

cama

         No soy la que era, la verdad sea dicha. De aquel pendón desorejado de años atrás, bien conocido en las discotecas a la hora del gin-tonic, he cambiado a una vida tan sana que no me extrañaría nada, si un día aparezco en la revista de Natur House. Cierto es que me agarró el maldito cangrejo y las pasé canutas, pero normalmente muchos salen de este mal rollo con más ganas de marcha que nunca. Yo he reaccionado exactamente en sentido contrario y ahora mi vida cotidiana es igualita a la de un relojero suizo.
        Antes de amanecer ya me he levantado, hago a pie los dos kilómetros que me separan del trabajo, allí desayuno un café y un panecillo de pan integral con aceite de oliva. Mi trabajo se puede resumir en lo siguiente: me pagan por escribir de asuntos que no me interesan en sitios que no me importan, pero me pagan, que no es poco. Salgo del trabajo a mediodía. Tengo aún cosas que hacer, pero las puedo enviar por email. Vuelvo a casa paseando, hago un poco de compra, trabajo en el ordenador hasta la hora de comer y luego, o tomo algo fuera o cocino algo rápido y duermo una siesta de sultana. Por la tarde, si me ha quedado algo pendiente, lo termino y si no, salgo con alguna amiga, voy al cine, o me quedo en casa, leyendo o viendo algún dvd. Solo ceno fruta, pero antes de cenar, eso sí, faltaría más, me preparo un buen cocktail y saboreo el placer de un par de copas mientras se acaba de hacer de noche.
        La noche, se abre el telón, adiós rutina, hola fantasía. Es momento de echar la imaginación a volar. Recorro contigo paisajes insólitos, sintiendo el fascinante encanto de tu mano en la mía. Y ordeno así mi corazón y mi piel, mis sentidos y mi cabeza para el gozo de una noche que sería larga y angustiosa si no estuvieran tus sueños a mi lado, poniendo amor y calor, sabor y color, en el lado derecho de mi cama.


2 comentarios

D -

Es precisamente en la noche donde realmente puedo estar junto a ti.
Se que no hablo tanto pero... sabes tambien que te quiero al lado mio,y asi con tanto sueño entre las dos..poder disfrutar de la oscuridad que guarda la noche y sentir cada caricia tuya.

Claudio -

Jo, qué suerte, así me gustaría que fuera mi vida ojalá tuviera yo ese trabajo. ¿De verdad existen trabajos con ese horario y que te permita vivir bien?

Besitos.