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A mí no me mires:

La Caja de Pandora.

pandora 

          Los Dioses regalaron a Pandora una caja, y le prometieron que sería muy feliz, mientras la tuviese a su lado sin abrirla. Durante un tiempo la caja permaneció cerrada y la humanidad vivió una vida totalmente armoniosa, pero un mal día, Pandora abrió la caja y de ella salieron todos los males. Pandora la cerró justo antes de que la Esperanza también saliera y corrió hacia los hombres a decirles que no estaba todo perdido, porque aún les quedaba la esperanza.
        (De la mitología griega)

         Todas tenemos una caja de Pandora. Nos la regalan nuestras diosas preferidas en el momento en que más la necesitamos. Con ella somos felices, sabemos que tenemos en las manos lo más parecido a la plenitud, la acariciamos y sentimos sus caricias, hablamos con ella y evocamos su voz, nos reímos juntas en el invisible paraíso de los sueños, y cada noche navegamos hacia un placer más allá de lo conocido. Pero un día queremos más, no nos conformamos con lo que presentimos, no nos resignamos a creer sin ver, y la curiosidad, la insana y terrible curiosidad se adueña de nuestros sentidos y exige saber y mirar y tocar y probar y gustar y poseer. Obsesionados por la gloria que pensamos se oculta dentro, abrimos la caja, y al hacerlo, comprendemos la magnitud de nuestro error. Se ha desvelado el misterio, se ha deshecho el encanto, la grosera realidad ha derrumbado el palacio de la magia y la hermosa película del amor se ha convertido en un manojo de ilusiones rotas. Ya no hay marcha atrás, se terminó el cuento de hadas. El hermoso jarrón ha quedado roto en mil pedazos. Pandora se equivocó, una vez abierta la caja de la fantasía, ni siquiera nos queda la esperanza.

1 comentario

PD -

Que la realidad y su dos y dos son cuatro nunca nos destroce el feliz reportaje de un sueño soñado dentro de otro sueño. Hay que meterla en la caja y no abrirla nunca.