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A mí no me mires:

Gracias, Irlanda.

guinnes

        Sentirme novia de la reina del mambo. Hacerle un corte de mangas al mundo y sus puñetas. Soñar caricias, imaginar besos, recordar con nostalgia aquellos polvos que hicieron estos lodos. Pensar con serio fundamento que nuestra única misión en la vida es rascarnos el ombligo. Permitir que mi sombra se ría de lo mal que estoy. Dejar que los nombres sonoros, los adjetivos osados, los verbos con retranca, las conjunciones insólitas, las interjecciones intrépidas, las admiraciones ocultas, y sobre todo la interrogación, (la fascinante interrogación, la que provoca las maravillosas dudas y los seductores terrores) me vayan haciendo el amor lentamente, mientras se me pone la misma cara que tendría una novicia cuando le viene el orgasmo que le ha provocado su Madre Superiora.
     Y pedir otra.
     (Algunos de los efectos colaterales que produce un buen pedal de Guinnes)

1 comentario

Laura -

Como me gustaría emborracharme contigo...
Tienes que ser una excelente compañera de borrachera, sí.