Blogia
A mí no me mires:

Mi diosa nunca me falla.

Mi diosa nunca me falla. Resignada estaba ya a tener unas vacaciones en casa de mi tía,
viviendo de su presupuesto y viajando por el ancho mundo gracias a mi imaginación,
cuando los dioses se apiadaron de mí,
supongo que por la intervención de mi diosa madrina,
Artemisa,
(Diana para los romanos)
hermana gemela de Apolo,
diosa virgen, (a fuer de lesbiana)
que cuida de mis encuentros y mis desencuentros,
y procura que en mi balance personal
los placeres superen a las penas.

Pues bien. Me llama Julio.
Es el tío que siempre quise tener,
y casi llegó a ser verdad, porque hace mucho tiempo tuvo un asuntillo con mi tía.
Años más tarde estuve a punto de convertirme en su cuñada,
porque en una etapa en que mi hermana Carlota se soltó el pelo,
estuvieron muy enrollados.
Y ahora, a su edad, a saber cuantos ya, todavía continúa haciendo estragos.
-Lorena, ¿qué haces?
-Me coges ante una duda metafísica, no sé si leer una novela mientras me tomo un tinto de verano, o tomarme un tinto de verano mientras leo una novela. ¿Y tú qué, también de vacaciones?
-Lo tenía todo preparado para salir con Rosa. Pero después de dos broncas, tres reconciliaciones, y cuatro escenas de celos, hemos decidido dejarlo por un tiempo muy, muy, muy largo. Y aquí me tienes, con todo preparado para salir, pero con una pereza enorme porque no quiero viajar solo.
-Julio, te haces mayor. Es la primera vez que te oigo decir eso. Antes salías solo, y enseguida estabas muy bien acompañado.
-No es cuestión de edad, es cuestión de pereza. Se me hace cada vez más cuesta arriba iniciar todo el rito de la conquista. ¿Y tú, no te ibas a ir de viaje con tu última novia?
-Eso pretendía, pero ha dejado en trabajo, le han contratado en otro sitio, y como es natural, se ha tenido que comer las vacaciones.
-Se me ocurre una idea. ¿Por qué te vienes conmigo?
-Para el carro. ¿Qué pretendes, Julio?
-Nada. No te tocaré ni un pelo, ni siquiera aunque tú me lo pidas.
-Si te lo pido, estaría borracha.
-Es que si vienes, lo estará más de una noche.


Como yo tengo una fuerza de voluntad envidiable,
cedí a la tentación sin más insistencia.
A estas alturas de la noche, acabo de hacer la maleta, y me voy a meter en la cama, porque mañana, con las primeras luces del día, me recoge mi querido Julio,
para una aventura, donde va a haber de todo, menos sexo.
Eso, seguro.
¿Seguro?
Seguro.
¡?
Bueno, vosotros mismos lo vereis, porque me llevo el portátil para contar aquí, lo que se pueda contar, de unas vacaciones que me han venido lloviditas del cielo.

Gracias, Artemisa.

0 comentarios